lunes, 23 de julio de 2012

El Libro de Oro de Saint Germain capitulo VII


Cuando se dio la orden «Hágase la Luz», la primera actividad fue la obediencia. Surgió la luz en cantidades ilimitadas, y así ocurre con todo lo que se refiere a la actividad exterior del único Principio Ac­tivo: Dios. Quiero decir que la primera actividad de todo lo externo es la obediencia perfecta a la presencia «YO SOY», pues sólo así se puede expresar armoniosamente la esencia pura.
Hay que esforzarse por mantener tranquila en todo mo­mento la expresión exterior; así sea entre amigos, parientes, socios o lo que sea, de cualquier condición o edad, pues cada vez que surge el impulso de discutir, criticar o resistir, es la señal de que la conciencia carnal se está entrometiendo para llamar la atención sobre ella. Ese es el momento de darle la orden de observar obediencia y silencio. Lo impor­tante es conservarse en calma, en Gracia de Amor, Luz y Obediencia.
Es inútil discutir; silencia tú el exterior. Cuando el estu­diante entra ya en el sendero consciente, la menor aparien­cia de resistencia o de perturbación le indica que debe de­cretar
«YO SOY LA OBEDIENTE E INTELIGENTE ACTIVIDAD DE MI MENTE Y CUERPO; YO SOY EL PODER QUE GOBIERNA Y ORDENA TODO ARMONIOSAMENTE». Todavía no puedo entrar a enume­rar los elementos perturbadores de las actividades exteriores, porque sería impulsar en el estudiante una resistencia o, tal vez, un complejo de culpabilidad. Cuando los estudiantes estén lo suficientemente fuertes para escuchar estas verda­des, se les darán. Basta con la mención hecha de que deben estar en guardia para no aceptar resistencia ni tentaciones de criticar. Cada uno debe usar muy a menudo la declara­ción: « YO SOY LA GUARDIA INVENCIBLE ESTABLECIDA Y SOSTENI­DA EN MI MENTE, MI CUERPO, MI HOGAR, MI MUNDO Y MIS ASUNTOS». Esta guardia es la presencia «YO SOY», y, natu­ralmente, es Infinita Inteligencia. La conciencia de esto esta­blecerá esa guardia de actividad inteligente, que no tendrá que ser repetida constantemente una vez que sea establecido el impulso, o sea, el momentum.
Volvamos al punto de que cada vez que usamos el «YO SOY», sabemos que está actuando el poder del Amor, la Sa­biduría y la Inteligencia Divinas. Usa también la declara­ción: «YO SOY LA ACCIÓN PLENAMENTE LIBERADORA DEL AMOR DIVINO». (Recuerda que el Amor, como virtud o atribución de Dios, es una entidad viviente, ya que Dios es Vida, y to­dos Sus atributos están vivientes.)
Yo sugiero como actividad preparatoria para cada día que los estudiantes declaren con firmeza y con gozo (sabien­do de antemano que el propio poder dentro de la declara­ción la hace mantenerse vigente): « YO SOY EL AMOR, LA SA­BIDURÍA Y EL PODER CON SU INTELIGENCIA ACTIVA, LO QUE ESTARÁ ACTUANDO EN TODO LO QUE YO PIENSE Y HAGA HOY. YO LE ORDENO A ESTA ACTIVIDAD INFINITA QUE SEA MI PROTECCIÓN Y QUE ACTÚE EN TODO MOMENTO, HACIENDO QUE YO ME MUEVA, HABLE Y PRO­CEDA ÚNICAMENTE EN ORDEN DIVINO».
Y es bueno que durante el día se declare: «YO SOY LA PRESENCIA GOBERNANTE QUE ME PRECEDE A DONDE YO VAYA DU­RANTE ESTE DÍA, ORDENANDO PERFECTA PAZ Y ARMONÍA EN TODAS MIS ACTIVIDADES».
De esta manera se deja la puerta abierta para el flujo constante de la presencia interior que transformará tu mun­do, te impedirá el contacto con la desarmonía y hará que la paz y la armonía se hagan en todo contacto exterior.
No importa cuál sea la manifestación dentro o fuera del cuerpo; el estudiante debe adoptar la firme determinación de que su cuerpo es el Templo del Altísimo.
Esta es una verdad incontrovertible, y esta actitud man­tenida conscientemente traerá el cuerpo a la actividad per­fecta, como es la intención divina. Yo les recuerdo en todo momento a los estudiantes que no hay otra forma de lograr adquirir una cualidad o un atributo deseado, sino reclamán­dolo, sabiendo que existe en nuestro espíritu perfecto. El ex­terior se ha acostumbrado a creer en la imperfección del ser humano y, por consiguiente, no puede manifestar perfeccio­nes bajo tales condiciones. El pensamiento del estudiante, en general, es el siguiente: «Bueno, ya comprobé que no manifiesto esta cualidad que yo deseo y debe ser porque no estoy lo suficientemente adelantado». Pero yo te aseguro que no importa lo que esté manifestando el cuerpo o ser hu­mano, el fracaso es imposible cuando se ha puesto en movi­miento el «YO SOY», ya que se ha pronunciado la Verdad, además de movilizar los atributos de Dios. Muchas veces he visto a mis discípulos a punto de manifestar una gran victo­ria, y no solamente han fallado en el último momento, por la duda y la falta de persistencia, sino que le han cerrado la puerta por tiempo indefinido.
El estudiante debe obligarse a mantener en su mente que cuando se ha puesto en movimiento el Poder de Dios, al pronunciar el «YO SOY», primero ocurre el caos universal antes de dejar de cumplirse la afirmación. No puede jamás dejar de actuar la actividad «YO SOY», a menos que el ex­terior se lo impida. Esto puede ocurrir cuando la precipitación asoma ya en el plano terrenal y la «efluvia»[1] ataca para destrozarla.
Todo estudiante debe vigilarse con gran atención para no usar el «YO SOY» en expresión negativa, porque cuan­do se dice: « Yo estoy enfermo, o Yo he fracasado, o Yo no estoy actuando correctamente», se está lanzando esta magna energía para destrozar aquello que deseas lograr. Esto ocurre siempre que se usa el pronombre «YO», como ya lo sabes, pues ésa es la válvula que abre el «Poder Universal». Cono­ciendo que «YO SOY» eres tú mismo, cuando dices: «me duele la cabeza, tengo el estómago malo», etc., estás lanzan­do la energía para que actúe en esos órganos en la forma que estás decretando, pues es igual cuando usas diferentes verbos y el pronombre posesivo. Se refieren éstos a una persona. «YO». No hay sino una sola persona que pueda afirmar en tu mundo, TU. Cualquier expresión que únicamente pue­da ser apropiada por ti, para ti, está incluyendo la energía y la actividad de la presencia «YO SOY». La actitud correcta es que si un órgano aparenta estar rebelde, hay que declarar y mantener con firmeza:
«YO SOY LA ÚNICA Y PERFECTA ENERGÍA ACTUANDO AQUÍ, POR LO TANTO, TODA APARIENCIA DE PER­TURBACIÓN ES INSTANTÁNEAMENTE CORREGIDA».
Este es el punto importante que hay que mantenerles a los estudiantes, y si por la fuerza de la costumbre usas algún agente exterior, como por ejemplo, un medicamento, úsalo parcamente, siempre aclarándote a ti mismo la verdad, hasta que adquie­ras la maestría suficiente para gobernar enteramente por vía de tu presencia «YO SOY».
Yo te aseguro que aunque creas que el agente medica­mentoso te ha aliviado, siempre es la presencia «YO SOY» la que le ha comunicado al medicamento el poder de ali­viarte. Por ejemplo, YO, Saint Germain, he observado el mundo médico por muchos siglos, y cada vez que un indivi­duo en autoridad dice que tal o cual medicina ya no sirve, al poco tiempo la medicina desaparece por completo del esce­nario. Lo que ocurre en la mente de todo individuo pensan­te es que consideran que ciertas hierbas o substancias tienen una acción química que corresponde al elemento dentro del cuerpo. Y yo te digo: ¿Qué es lo que te da la afinidad quími­ca? El poder de tu «YO SOY» que te permite pensar. Así cuando le das la vuelta al «Círculo de Actividad», encuen­tras que no hay sino una Inteligencia y Presencia actuando, el «YO SOY DIOS EN TÍ».
Entonces, pues, ¿por qué no te enfrentas a esta verdad? Plántate sin vacilación y piensa: « YO SOY ESA PRESENCIA EN ACCIÓN». Es la misma Vida en mí y en todos los remedios a los cuales les da su poder.
¿No es mucho mejor ir directamente a la Suprema Fuen­te de todo, y recibir su Omnipotente e Inagotable asistencia, que no puede fallar, en lugar de concederle a algo interior que te lleva a otro algo exterior, a lo cual tú le has concedi­do el Poder de aliviar la condición a la cual diste el poder de molestarte?
Yo sé que no es fácil dejar muy viejas costumbres. Pero un poco de meditación obligará al raciocinio exterior a sol­tar su dependencia en estos remedios exteriores y depender exclusivamente de la gran presencia «YO SOY».
Por supuesto que no hay otro modo de convencer a un estudiante respecto a esta cuestión vital, sino por la aplica­ción de estas verdades con determinación y firmeza. Ade­más NADIE PUEDE DEMOSTRARLE HASTA QUÉ GRADO SE PUEDE APLI­CAR LA VERDAD; SÓLO ÉL PUEDE DETERMINAR ESE GRADO. A veces la energía interior, acumulada por el deseo, es de tal magni­tud, que el individuo se asombra ante los resultados.
La palabra que emplean los orientales es OM. Significa lo mismo que «YO SOY» (I am). A mí personalmente me gusta más el «YO SOY», porque el estudiante siente más la acción de Dios en él. Para los orientales «OM» es una pre­sencia universal, y no da la conciencia que da la presencia «YO SOY» actuando en el individuo. Esto explica la condi­ción que existe hoy en la India, que por la confusión de tan­tas castas, han caído en el error de creer que lo que es im­portante es la entonación en que cantan «OM». Sí es verdad que impone una actividad, pero no la de energizar la acción del individuo y, por consiguiente, la diferencia de entona­ción es de poco beneficio.
El sistema de los Maestros Ascendidos desde tiempo in­memorial ha sido el uso consciente de la Presencia «YO SOY». El reconocimiento y plena aceptación de DIOS EN ACCIÓN en el individuo es lo que imparte más y más la in­teligente actividad, plena y completa, de la Presencia de Dios. Esto es la práctica de la Presencia de Dios, o sea, la Deidad.
Aquellos orientales que han alcanzado grandes alturas, y que los hay sin duda, lo han logrado a fuerza de meditar so­bre esta verdadera actividad. Tal vez la verdad más sencilla y más poderosa que el individuo puede sostener es que cuando él diga «YO SOY» pone en acción dentro de sí mis­mo, consciente o inconscientemente, la plena energía de Dios sin adulteración alguna. La energía se convierte en po­der, a través del uso consciente. El hecho de que un indivi­duo está encarnado como ser humano es una orden de ele­var su mundo a un estado de actividad perfecta. Cuando la conciencia del individuo es elevada, todo el mundo de ese ser es subido al plano de actividad interior.
La frase oriental «O mani padme hum» significa «Dios actuando en el individuo». Usa el «YO SOY» en lugar de «OM» en todo momento, porque tal vez tú has vivido en­camado en cuerpos hindúes. Conociste ese uso, y para im­pedir que se invoque un uso inferior, emplea el «YO SOY», para que te lleve a la altura completa.
Cada vez que tú usas el «YO SOY», pones la pura ener­gía en Dios en movimiento, sin color ni tinte de concepto humano. Es la única forma de mantener la pura energía de Dios incontaminada por calificaciones humanas. Enormes resultados se logran en corto tiempo por medio del uso de las afirmaciones siguientes:
«YO SOY LA PURA INSPIRACIÓN; YO SOY LA LUZ PURA. EN ACCIÓN AQUÍ» (visualiza esto en y a través del cuerpo en el propio momento); «YO SOY LA PURA REVELACIÓN DE TODO LO QUE YO QUIERO SABER».
Mantén para siempre dentro de ti las riendas del poder. La gente teme abrazar el Gran Poder de Dios y dejarlo obrar. ¿Y qué puede haber en Dios que te dé temor? Tienes que reclamar o apropiarte lo que tú desees. Di:
«YO SOY AHORA EL SER ASCENDIDO QUE DESEO SER». Esto te envuelve in­mediatamente en la Presencia Ascendente.
«YO SOY LA ETERNA LIBERACIÓN DE TODA IMPERFECCIÓN HU­MANA». Esto realiza quien es «YO SOY».
«YO SOY ACEPTO AHORA MI PERFECCIÓN COMPLETA Y TERMI­NADA YA».
Usa las explicaciones de las afirmaciones para tu propia comprensión, pues la conciencia carnal es un Santo Tomás, incrédulo y criticón. No lo dejes dudar. Di: «ESTE CUERPO MÍO ES EL TEMPLO DE DIOS VIVIENTE Y ES ASCENDIDO AHORA».
Las instrucciones generalmente son para que el estudian­te se compruebe la Ley a sí mismo. Di a menudo: «YO SOY EL PODER QUE GOBIERNA ESTA ACTIVIDAD Y, POR CONSIGUIEN­TE, SIEMPRE ES NORMAL».
En todo el Universo no hay un individuo que pueda re­conocer el «YO SOY» ajeno para ninguna otra persona. Uno puede dirigirse al «YO SOY» colectivo y, por supues­to, porque en ese «YO SOY» entra uno también, pero no es lo mismo cuando se trata del «YO SOY» individual. Cada paso alcanzado por ti en el reconocimiento de que eres, es una adquisición permanente y no se puede retrogradar.


[1] La efluvia es la masa de energía negativa mal usada que flota en todo el planeta, o donde quiera que vivan seres humanos, y que está compuesta de las emanaciones mentales de todos los seres que, no conociendo la Ley de Mentalismo, no saben que sus pensamientos toman forma, quedan flo­tando y despiden una gran fuerza

El Libro de Oro de Saint Germain capitulo VI


Constantemente recuérdale a la conciencia exterior que cuando tú dices «YO SOY», pensan­do en el poder infinito de Dios, has puesto en fun­ción ese poder para cumplir con éxito la idea que tienes en conciencia.
Los estudiantes sinceros no deben olvidar esto por un solo momento, hasta que la verdad se radique y actúe auto­máticamente. Verán, pues, qué ridículo es decir «estoy en­fermo, estoy económicamente restringido», cuando parezca faltar cualquier cosa.
Yo te digo que es imposible que seas afectado si te man­tienes en la idea anterior. Úsala. Cuando tienes catarro, no necesitas que se te diga que debes usar un pañuelo. Enton­ces, ¿por qué necesitas que se te recuerde que la actividad exterior no tiene sino sólo un poder que le permite moverse, y que es la presencia «YO SOY» Dios en ti? Lo malo de los estudiantes sinceros, es que no meditan lo suficiente a me­nudo sobre esta verdad, para que su Maravillosa Presencia entre en actividad.
Por ejemplo, si tú dices «YO SOY LA MAJESTUOSA Y VIC­TORIOSA PRESENCIA QUE LLENA TODOS LOS CARGOS OFICIALES» te da­rás cuenta cuán bendecido serás por hacerlo.
Cuida tus contactos exteriores constantemente para que no aceptes en ignorancia la apariencia de cosas, o el temor de aquellos que se llaman financistas. Dios gobierna tu mundo, tu hogar, tus negocios y eso es todo lo que te con­cierne.
No creas jamás que estás dejando que la imaginación se desborde porque sientes la cercanía de la Gran Presencia In­dividualizada. Regocíjate, cree en esa Gran Presencia que mantiene en ti todo lo que tú puedas desear o usar. Tú no dependes de cosas exteriores. Con esta feliz entrada a este Magno Poder y Presencia que contiene todo, ¿no ves tú que si todo se acabara, tú siempre estarías provisto? Yo quiero que sientas, que aceptes gozoso y que con todo tu ser conoz­cas que el poder de precipitación no es un mito; es real. Los que entren en este sentimiento con suficiente profundidad tendrán la precipitación de todo lo que desean.
Hay niños que han sido castigados por ver seres angéli­cos y por manifestar que tienen una percepción interior. Son los padres de esos niños los que deberían ser castigados por atreverse a interferir en el don divino de la libertad del niño. Si los grandes vivieran más en el imaginar consciente y en la aceptación de la Gran Presencia, cuya existencia duda la humanidad, sentirían esa presencia elevándolos y dándoles su inteligencia.
¡Mi amado!, si de pronto sientes que necesitas FUERZA O VALOR, expresa:
«YO ESTOY AQUÍ SURGIENDO Y SUPLIENDO INSTANTÁNEAMENTE».
Si tú necesitas ARMONÍA, de mente o cuerpo:
«YO ESTOY ALLÍ SUPLIÉNDOTE INSTANTÁNEAMENTE Y NO NECESITAS ESPERAR».
No le des un pensamiento al mundo o a los individuos que no comprenden estas cosas. Continúa regocijado en la presencia activa, visible, de lo que tú desees manifestar y ver precipitado en tu vida y tu uso: «YO SOY LA PRESENCIA AC­TIVA Y VISIBLE DE ESTO QUE YO DESEO, YA MANIFESTADO».
Nuestro sentido común debe decirnos que a menos que nosotros esperemos, aceptemos y gocemos ya aquello que deseamos, ¿cómo lo vamos a lograr? El pobre e insignifican­te ser exterior se pavonea diciendo:
«YO SOY DEMASIADO IMPORTANTE PARA PONER ATENCIÓN A SEMEJANTES CUENTOS DE HA­DAS». Pues permíteme informarte que algún día los indivi­duos que hablan así van a ponerse muy contentos con estos cuentos de hadas y llenarán su mente con esas ideas para verlas surgir.
En cada contacto con el mundo exterior de los negocios y cada vez que haya una condición negativa que aparente tocar tu mundo, instantáneamente toma esta determinación:
«YO SOY LA PRECIPITACIÓN Y LA PRESENCIA VISIBLE DE CUAL­QUIER COSA QUE YO DESEE Y NO HAY HOMBRE NI COSA QUE PUEDA INTERFERIR EN ELLO».
Cuando yo hablo de precipitación, no sólo me refiero a la apertura de los canales invisibles, sino a cualquier canal, ya que todo es precipitación, lo creado y lo no creado aún, y no hay sino una pequeña diferencia de actividad.
Cuando yo reconozco quien «YO SOY», he entrado en el gran silencio donde está la más grande actividad de Dios. Este reconocimiento debe traer grandes revelaciones al indi­viduo si él acepta esto gozosamente.
En tu experiencia exterior, la práctica de cualquier acti­vidad desarrolla más y más tu eficacia, ¿no es así? Si uno puede aplicar esto a una actividad exterior, ¿no ves tú cuán­to más importante lo es para una actividad interior? Cuanto más lo uses mayor poder manifestarás. Sabes tú que puedes hacerlo con las cosas espirituales, de manera más grande y rápida que con lo exterior, ya que en el espíritu el poder ac­túa instantáneamente. No hay espera cuando el «YO SOY» actúa.
El hecho de que la musculatura se desarrolla con el ejer­cicio, te debe hacer comprender que el mismo esfuerzo por el poder interno, naturalmente tiene que producir muchos mayores resultados. Por ejemplo, los hombres creen que tienen que hacer ejercicios físicos para desarrollar los múscu­los. Pues yo he hecho muchas veces que mis estudiantes de­sarrollen un bello y simétrico cuerpo con músculos podero­sos sin haber hecho un solo ejercicio físico. En todo desarro­llo, tanto del exterior como del interior, la primera parte del ejercicio es mental. Debemos saber que no hay sino un solo poder y energía y que viene de la presencia «YO SOY» en cada uno. Por consiguiente, el ejercicio de tus facultades in­teriores es llamado mental; pero yo te digo que es Dios en acción, porque tú no puedes formar un solo pensamiento sin la inteligencia y la energía de Dios para lograrlo. Por lo tanto tu actividad mental es la energía de Dios en acción. Ahora verás, pues, cuan fácil y posible es producir un cuer­po físico, fuerte y simétrico, sin hacer ejercicios físicos para lograrlo.
La mayoría de los hombres científicos, médicos o profe­sores de cultura física, negarán esto; pero yo les aseguro que es solamente que no se han penetrado profundamente res­pecto a la energía o el poder que está actuando, pues ningu­na actividad puede tener lugar si no es por el uso de esta energía y poder interior. La gente permite que le entren du­das y temores con respecto a los conocimientos de estas grandes facultades que son libres y para el uso de quien las quiere utilizar en cualquier momento. Lo que pasa es que se encuentran sumergidas como un corcho mantenido debajo del agua, el cual, apenas se le suelta, salta a la superficie. Yo te aseguro que es lamentable que los estudiantes sinceros pasen tantos años esforzándose, ensayando y dejando el uso de estas facultades, y luego, porque no las ven operar inme­diatamente, se dejan caer de nuevo en un estado de inactivi­dad hasta que algo los vuelve a animar, para recaer de nue­vo.
El reconocimiento persistente y determinado de esta Pre­sencia «YO SOY» te llevará al logro absolutamente cierto, a menos que tú lo abandones.
Yo veo en este momento a un buen número de indivi­duos que con un poquito de incentivo y la descripción sen­cilla de estas prácticas, saltarán a la libertad, especialmente aquellos que reciben la instrucción verbal junto con la ra­diación que la acompaña.
¿No es desastroso que los hijos e hijas de Dios se some­tan a las limitaciones cuando con un esfuerzo persistente y determinado abrirían la puerta y entrarían en esta gran cá­mara interior llena de luz, joyas, oro y substancia de todos los alimentos del universo? Y luego con esta verdad plena frente a ellos, estos individuos vacilan aún por la imposibili­dad de creer que pueden dar el paso, tomar este cetro y ser libres.
Amado, de nuevo te digo: canta la gran melodía de la Presencia Conquistadora del «YO SOY». Canta en tu cora­zón continuamente, siéntela con toda tu habilidad, agárrate fuertemente a esa determinación. El conocimiento y el sen­dero de esa maestría, se te abrirá y se te manifestará la liber­tad eterna. Simplemente continúa recordándote que ya has traspasado el velo.
CUALQUIER MAESTRÍA QUE EL INDIVIDUO HAYA ADQUIRIDO SO­BRE SUS ASUNTOS Y SU MUNDO ES, Y SIEMPRE DEBE SER, UN RETIRO SAGRADO, UN SANTUARIO INTERIOR, EN DONDE NINGÚN OTRO INDIVI­DUO INQUISIDOR PUEDA ENTRAR. NADIE PUEDE LOGRAR LA MAESTRÍA PRETENDIENDO ENCONTRAR ESA MAESTRÍA EN OTROS.
BUSCAR, ENCONTRAR Y APLICAR LA LEY DEL PROPIO SER ES EL CAMINO SEGURO HACIA LA MAESTRÍA, Y ÚNICAMENTE CUANDO EL INDIVIDUO LA HA LOGRADO ES QUE PUEDE COMPRENDER REALMENTE LO QUE ES LA VERDADERA MAESTRÍA. NO HAY SINO UN DOMINIO QUE BUSCAR Y ES EL DOMINIO SOBRE EL PROPIO SER EXTERIOR.
Puedes marchar al lado de un Maestro durante años y no descubrirlo hasta que las propias facultades interiores se lo revelen a uno. Se puede vivir en la misma casa con un Maestro durante años y no saberlo hasta que surge una crisis y el poder real se revela.
Que un maestro discuta o revele sus propios logros sería disipar sus fuerzas y eso no se debe hacer jamás.
Si un estudiante tiene la dicha de una bella experiencia y luego la comenta con terceros, generalmente hay tantas du­das que surgen en los oyentes y que se derraman sobre él, que pronto comienza a dudar de sí mismo. Es verdadera­mente cómico ver cuán convincentes son los argumentos aje­nos. El estudiante que escucha esos argumentos ajenos debe hacerse justicia a sí mismo, a su Yo Superior, y escuchar lo expresado por esa su experiencia interior.
En el propio momento en que comienza a entrar la duda, si se le permite la entrada, continuará entrando a rau­dales. Igual cosa ocurre con el «YO SOY». Si vuelves a Él tu atención, allí se precipita la energía. Amado mío, ¿no ves que cuando deseas alguna revelación o inspiración al decir «YO SOY» eso, pones en movimiento el poder con todas sus facultades, con todas las substancias y que tiene que asu­mir cualquier forma en que se fije la atención?
El «YO SOY» es la mente insondable de Dios. Al buscar comprensión, el estudiante corriente sólo está contactando la memoria de lo que ha sido, en lugar de ir al Corazón de Dios y extraer aquello que aún no ha sido.
Los discípulos a veces no realizan que han existido mu­chas civilizaciones con vastos logros totalmente desconoci­dos hoy en día. Atlántida, Lemuria y la Tierra de Mu, son sólo fragmentos de otras grandes civilizaciones que han exis­tido.
Para lograr hacer cosas poco comunes, aquellos estu­diantes que lo deseen, deben tomar la decisión siguiente:
« YO SOY EL CORAZÓN DE DIOS Y AHORA PRODUZCO IDEAS Y CO­METIDOS QUE JAMÁS HAN SIDO PRODUCIDOS ANTERIORMENTE».
Considera que SOMOS AQUELLO QUE DESEAMOS VER PRODUCIDO. La presencia «YO SOY» es pues el Corazón de Dios. Se entra inmediatamente en el Gran Silencio en el mismo mo­mento en que se pronuncia «YO SOY». Si tú reconoces que tú eres «YO SOY», entonces lo que sea que tú declares que­da instantáneamente manifestado.
Creer es tener fe en lo que tú crees que es la Verdad. Hay, pues, un entretejido entre la creencia y la fe. Al princi­pio se hace la creencia; si se mantiene se convierte en fe. Si tú no crees que algo es verdad, no lo puedes traer a la mani­festación. Si tú no puedes creer en tus propias palabras cuando pronuncias «YO SOY tal o cual cosa», ¿cómo pue­de establecerse y manifestarse el dicho de Shakespeare: «NO HAY NADA BUENO NI MALO, EL PENSAR LO HACE ASÍ»? ES ABSOLUTA VERDAD.
Si ya sabes que la Energía Divina le entra al individuo en un estado de pureza perfecta, entonces tienes que realizar que es el propio individuo quien recalifica a esa energía, im­poniéndole su propia impureza. Esta energía le entra al hombre continuamente con el latido del corazón y él la tiñe con su propia calidad y la proyecta hacia fuera. Este es su privilegio como Creador, a Imagen y Semejanza del Padre. Nuestra conciencia individual está siendo proyectada, for­mando ambiente en contorno nuestro. Por eso recibe vibraciones de pesar, de tristeza, de alegría, de amor, bondad, etc. Y las siente como si fueran propias. Si son buenas, no tiene nada de qué preocuparse; pero si son de impaciencia o de tristeza, debe decirles que se retiren y ordenar que se tras­muten para no continuar expandiendo esa atmósfera y con­tagiando a otros.
Cada uno de nosotros tiene color y sonido. Cada activi­dad nuestra es, pues, de un color y de un arpegio con una frase musical. Si es distorsionada, sale un sonido feo, diso­nante y de color sucio. A cada persona que lanza una crea­ción afeante se le devuelve la responsabilidad de aquello. Todo contiene inteligencia.
No consideres el elemento tiempo. Cuando afirmes algo que desees sea manifestado, hazlo con gozo y manténlo fir­memente hasta que se manifieste. Si mantienes constante la presencia “YO SOY”, mientras haces aquello que tú deseas, entrarás en la plenitud y perfección de todo lo que ya está preparado para tu uso. Todo logro permanente debe ser el resultado del esfuerzo consciente de cada individuo.
¿QUÉ ES LA LÁSTIMA? ES PONERSE DE ACUERDO CON LO IMPERFECTO. No te dejes jamás invadir por la lástima, pues es como si te dejaras arrastrar a las arenas movedizas teniendo alas con qué elevarte a las alturas, por encima de toda cosa destructiva, elevando al mismo tiempo aquello que estás atestiguando y que quiere producirte esa lástima. No juzgues; manténte firme en la presencia “YO SOY” y todo manifestará la perfección.
Para toda condición imperfecta que tú veas, especialmente la vejez, di:
“YO SOY LA PERFECCIÓN DE ESE INDIVIDUO QUE TIENE LA APARIENCIA DE VEJEZ”.
Así habrás puesto en acción a Dios dentro del individuo, ya que Él también pronuncia el “YO SOY”, aunque no sea sino despectivamente. En este caso lo has impulsado a usarlo constructivamente.
No importa lo que tú oigas decir o conversar en el mundo exterior; manténte firme. No te dejes afectar, pues tú estás produciendo perfección y tienes que hacerla manifestar conscientemente.
SI NO ESTÁS ATENTO, PUEDE QUE DEJES ENTRAR UNA EXPRESIÓN QUE TE PERSEGUIRÁ POR AÑOS SI NO LA BORRAS. Cuando conscientemente estés usando la gran Ley, conoce que el poder activo del pensamiento de Dios sabe perfectamente la dirección hacia donde va y actúa.
Conscientemente dile a tu “YO SOY” que haga lo que sea necesario, dile: “YO SOY LA INTELIGENCIA QUE CALIFICA ESTO CON LO QUE SEA NECESARIO”. Esto, por supuesto, si te encuentras en el caso de no saber qué hacer en un momento dado. El todo es que vuelvas tu mente al “YO SOY” que te guía y te mantiene.
Yo tuve un discípulo que calificó en tal forma su círculo electrónico con el poder de curación, que lo llamaban “la sombra sanadora”. En el instante en que uno hacía contacto con su círculo electrónico era sanado.
¿Por qué se individualizó Dios?: Para tener algo a qué amar.
¿Por qué fueron divididos los rayos?: Para expresar amor. El amor es el Principio Activo de Dios. Cuando tú amas, estás envolviendo aquello que amas en ese Manto de Dios, en aquella Presencia Radiante. Jamás critiques.
Cuando aparentes ver una actividad sexual incorrecta, levanta la conciencia del personaje a un ideal, de manera que el pensamiento de él entre en control consciente y así su actividad sexual se eleve a un plano superior.
El uso limpio y apropiado del sexo es para la expansión del amor en la procreación de una forma, de manera que el alma que viene pueda tener un carácter y un temperamento armonioso y amoroso. El pensamiento y sentimiento de los padres son la actividad modeladora. La naturaleza del principio Vida en el individuo es amar.
La diferencia entre la compasión y la lástima es la siguiente: en la compasión se invoca a la presencia “YO SOY” para que produzca la perfección. La lástima es energía con una sensación de imperfección y sólo intensifica la imperfección que se está manifestando.
Para controlar a un animal usa el “Yo estoy aquí y Yo estoy allí”. Ordeno el Silencio. O se le mira a los ojos y se conoce que el amor de Dios lo controla.http://www.facebook.com/pages/La-Nueva-Era/231499076930894?ref=hl

viernes, 6 de julio de 2012

CAPITULO V



La gran necesidad de hoy es la curación de las Naciones y los individuos. Así como se ayuda al individuo derramando en él la energía electrónica a través de su mente y su cuerpo y por medio de su «YO SOY», llenando cada célula, así, en un grado mayor de ex­pansión, se puede tratar a una Nación. Una Nación es un gran cuerpo de individuos y de creaciones de la naturaleza. Tenemos el mismo poder para efectuar esto, siendo como lo somos, la presencia de Dios Individualizado. Sabemos, pues, que «YO SOY» está presente en todas partes, y cuando la conciencia se apodere de esta expansión, la energía se lanza a actuar en todas partes, tanto en las células del cuerpo mundial como en las células individuales. Debemos darnos cuenta de que la Presencia Activa de Dios Todopoderoso está presente en todas partes, que no hay la más diminuta porción en que esté ausente, que esta presencia activa liga a toda la creación humana y consume al instante todo lo inarmonioso o indeseable, y que lo único que la detiene es el li­bre albedrío del individuo a través de su ignorancia y su propia creencia.
A través del «YO SOY» la Divina Sabiduría actúa repe­liendo todo lo que no deba entrar en el sistema. La Omnipresente Sabiduría, a través de nuestra acción consciente, siempre nos está insinuando el no aceptar nada de aquello que en nuestros sentimientos, pensamientos o alimentos pu­diera perturbar nuestra actividad armoniosa.
Las corrientes de energía cósmica pura están siempre fluyendo por todas partes como los rayos de un faro. Nues­tras actividades exteriores siempre deben estar receptivas a estas corrientes de vida que son energía cósmica pura y que siempre están fluyendo en la atmósfera de la tierra.
Es verdad que donde las condiciones son demasiado den­sas para que esta energía las penetre, ella las rodea por enci­ma y por debajo y sigue su camino. Desde el año 1932, cada individuo camina dentro de grandes corrientes sanadoras. Por el poder de Ciclópea (Vista), la estrella secreta de amor, y los rayos provenientes de la Ciudad Dorada, las tremendas corrientes sanadoras son dirigidas conscientemente a través de la atmósfera de la tierra. Estas, como comprenderás, son la Energía de Dios en Acción y naturalmente autosostenida. La conciencia individual de esta Presencia te permitirá con­tactar estos rayos en cualquier momento.
A los estudiantes que posean un sentido de patriotismo y que deseen ayudar a su propia Nación, les diré que estas co­rrientes sanadoras llegan no sólo a individuos, sino a condi­ciones, ambientes y lugares oficiales, como una llama inteli­gente y que en la actualidad están haciendo una labor de protección y elevación para los hijos de la tierra, como ja­más anteriormente, desde la creación de este planeta; y que mientras más personas se dan cuenta de esta operación, me­jores serán en el papel de mensajeros y asistentes en este tra­bajo extraordinario.
Hay una influencia siniestra con la cual nos estamos en­frentando en la actividad terrena; es una fuerza mental que respalda las guerras y se manifiesta conscientemente. Los que deseen trabajar para disolver esta situación deben medi­tar la idea siguiente hasta que capten el pleno significado que encierra: Deben saber que si ellos dirigen esta energía electrónica a través de la tierra, ella irá directamente y sin interrupción al sitio indicado y verá obrar la energía en for­ma insospechada.
Hay individuos que siendo muy bondadosos y dedicados, se dan cuenta de pronto de que tienen que abandonar cier­tos alimentos y ciertas actividades, lo que les produce una especie de shock. Yo les diré que la Divina Inteligencia den­tro de cada uno les hará que dejen con naturalidad las cosas que no estén de acuerdo con la Gran Presencia, a cada paso y cuando sea necesario. Para que un individuo se abstenga de algo conscientemente, tiene que sentir que hay algo más fuerte que merezca anclarse en ello. A medida que los estu­diantes se hacen conscientes de esto, les viene la fuerza y la confianza para dar el paso.
Aquéllos que vienen a tu casa merecen la protección di­vina que a ti te gusta darles. Yo sugiero que una vez por día cargues la atmósfera de tu casa con pura energía electrónica, o sea, con la Presencia de Dios, para que no entren en tu casa ni comida ni presencias indeseables. Envuelve a tus vi­sitas en el manto electrónico de la Presencia «YO SOY», pero no fuerces estas cosas en personas que no las hayan pe­dido.
Cuando tú dices «YO SOY», reconoces el poder que des­truye toda barrera y oposición. El ser humano es como un león muerto de hambre en la selva. Rompería cualquier cosa para obtener la comida. La conciencia rompería en pe­dazos a su mejor amigo para salirse con las suyas.
En todo elemento astral hay el elemento del deseo hu­mano. A menos que la mente se cierre completamente al mundo astral, se encontrará uno constantemente interrum­pido en toda buena decisión, porque se le habrá dejado la puerta abierta a una fuerza mucho más sutil, que toda fuer­za que haya en el mundo físico. MUCHOS PIENSAN QUE HAY FUERZAS BUENAS EN EL MUNDO ASTRAL; YO TE DIGO QUE NINGUNA FUERZA QUE VENGA DEL ASTRAL ES JAMÁS BUENA. Cualquier fuer­za buena que parezca venir de allí, ha fabricado su propio túnel para poder pasar.
En primer lugar, ¿qué forma el mundo astral? No hay sino un solo lugar donde se pueda albergar una creación in­deseable humana, y es en el próximo escalón de actividad humana, EL REINO ASTRAL. Este plano de actividad as­tral contiene todas las formas indeseables acumuladas a tra­vés de los siglos. De manera que es fácil ver que nada bueno puede salir de contacto alguno con el plano astral. No con­tiene absolutamente nada del Cristo.
Algunos tienen una confusión que denominan «La Es­trella Astral», pero eso está errado. Se llama en realidad «La Estrella Astrea». Este es un Ser Cósmico de la Cuarta Esfe­ra, y cuyo trabajo es el de consumir todo lo más posible de lo que pertenezca al Reino Astral, como también el de lla­mar la atención de individuos atraídos al Plano Astral. Este gran Ser, al fin y al cabo, aclara la comprensión de estos in­dividuos y disuelve sus deseos de mantener algún contacto con ese reino infeliz. No hay niños en el Plano Astral. El hogar de los niños que dejan la tierra es el Plano Etérico. La gente encarnada, cuando está dormida, se encuentra en la misma esfera que los desencarnados.
La Presencia «YO SOY» posee una conciencia autosostenedora de tal magnitud, que si uno sale con ella al dormir­se, se pueden alcanzar alturas increíbles. Si tú tienes con­ciencia de tu «YO SOY» en tu conciencia exterior, y te lle­vas esta conciencia cuando entres a otros planos, es una pre­sencia sostenedora increíble.
Hay un momento en la experiencia de nuestra vida en la cual tenemos necesidad del uso y reconocimiento consciente de la frase: «YO SOY la Presencia de Dios en Acción». Cuando tengas esa conciencia y la lleves voluntariamente a través del velo del sueño, tu alma fuera del cuerpo actúa con poderes ilimitados.
Suponiendo que en el estado de vigilia tengas necesidad de algo, antes de dormirte puedes muy bien expresar lo si­guiente: A TRAVÉS DEL MAGNO PODER, E INTELIGENCIA QUE "YO SOY", MIENTRAS MI CUERPO DUERME, HAGO EL CONTACTO NECE­SARIO QUE ME CUMPLIRÁ ABUNDANTEMENTE ESTE REQUERI­MIENTO, NO IMPORTA CUÁL SEA.
Debes conocer que esta actividad autosostenida no pue­de fallar en absoluto, y que es una forma grandiosa de poner en movimiento a la Presencia «YO SOY», ya que cualquier cosa que el «YO SOY» ordene mientras el cuerpo duerma tiene que ser obedecido. Yo conocí un caso en que había ne­cesidad de protección. El que la usó tenía cierta conciencia de la Presencia. El individuo cayó por un barranco, pero la Presencia «YO SOY» al instante construyó una forma que atrapó al individuo y lo puso a salvo antes que la caída con­tinuara.
CUANDO SE TIENE CONCIENCIA ESPIRITUAL Y SE VA A CUALQUIER AMBIENTE DONDE EXISTA PELIGRO, DEBE HACERSE UN TRATAMIENTO RÁPIDO PARA SU PROPIA PROTECCIÓN, ya que mientras uno no haya ascendido, el cuerpo tiene tendencia de contactar el pensamiento exterior de la humanidad. Si el estudiante sube una montaña, debe hacer un trabajo protector, consistente en afirmaciones protectoras. Si mantiene siempre esa labor protectora puede muy bien evitar la destrucción de terceros. Ejemplo: «Dios es el Poder Omnipotente protegiendo y diri­giendo este avión (barco, tren o carro), de manera que se mueva en una zona absolutamente a salvo».
En el camino tienes que estar en acción consciente todo el tiempo. Habrá quienes piensen que esto significa temor, pero no es así; por el contrario, es el reconocimiento del Po­der Protector Omnipresente.
Dios todo lo ve y todo lo conoce. Él mira hacia adelante y evitará contactos indeseables. Cuando digas: «Dios está manejando este vehículo» la vista divina va delante mirando cuadras y kilómetros y vendrá el impulso de salir a vías libres de interrupciones de tráfico. Nuestro paso será sin obs­trucción de ninguna clase porque es Dios quien está mane­jando el vehículo.
Hay dos motivos que causan accidentes en los estudian­tes. El primero, que enfadándose, dejan abierta su aura y la puerta astral. Segundo, que se olvidan de hacer el trabajito protector. Cada vez que hacemos algo con actitud positiva y dinámica, el exterior va adquiriendo más confianza, más fe y no puede fallar.
Otra forma de protegerse es la de proyectar el cinturón electrónico en contorno nuestro o de terceros, diciendo:
«YO SOY EL CINTURÓN O EL ANILLO O EL CÍRCULO PROTECTOR ALRE­DEDOR MÍO» (O DE FULANO). Ese cinturón electrónico se forma al instante y es impenetrable e invulnerable a toda cosa ne­gativa. Date cuenta que cuando dices «YO SOY», lo que quiera que ordenes es Todopoderoso e instantáneamente cumplido. No puedes usar la presencia «YO SOY» sin que logres actividad instantánea.
Repite a menudo: «YO SOY LA INTELIGENCIA PROTECTORA OMNIPRESENTE Y OMNIPOTENTE QUE GOBIERNA ESTA MENTE Y ESTE CUERPO». Esto es instantáneamente cumplido y en acción porque has dicho «YO SOY». El «YO SOY» que está en to­das partes presente está en ese punto haciendo el trabajo en ese momento. Esta es la forma como pones en acción la Todopoderosa presencia «YO SOY», por los medios más directos. Ella es TODO EN TODOS. Y recuérdale a tu con­ciencia exterior que cuando dices «YO SOY» has puesto en función todos los atributos de la Divinidad: Estás ya en un punto en que debes ver actividad instantánea. Cuando dices «YO SOY», en cualquier condición, significa que se está efectuando una acción instantánea por el poder más grande del Universo. En el mismo momento en que te haces consciente de que el «YO SOY» es la plena actividad de Dios, y que contiene todos los atributos de Dios, entras en pleno uso de ese magno poder.
Di a menudo: «YO SOY LA PRESENCIA QUE PRODUCE ESTE HOGAR MAESTRO». Cuando dices: «YO SOY LA ASCENSIÓN DE ESTE CUERPO FÍSICO AHORA», has aceptado y entrado en esa acción en el mismo instante. Cuando estás luchando por ad­quirir luz en acción ilimitada, estás esforzándote por lograr la cosa más grande que existe en el mundo. Llena tu mundo con la presencia «YO SOY» y cuando lo hagas, siente que lo estás haciendo conscientemente.
Si dices en conciencia «YO SOY LA PERFECTA ACTIVIDAD DE CADA ÓRGANO Y CÉLULA DE MI CUERPO», tiene que manifes­tarse. Sólo tienes que estar consciente de esto y se hará. Usa a menudo «YO SOY LA PERFECTA SALUD MANIFESTADA AHORA, EN CADA ÓRGANO DE MI CUERPO». Pon tu confianza en tu «YO SOY», en vez de ponerla en una medicina exterior. No pue­des decir, por ejemplo: «YO SOY la perfecta actividad inte­ligente en este cuerpo» y al mismo tiempo estar pensando en que vas a tener que tomar una medicina.
Para limpiar la mente di: « YO SOY la Inteligencia per­fecta activa en este cerebro» Para los ojos y los oídos di:
«YO SOY LA PERFECTA VISIÓN MIRANDO A TRAVÉS DE ESTOS OJOS»; «YO SOY LA PERFECTA AUDICIÓN OYENDO A TRAVÉS DE ESTOS OÍ­DOS». Ponte a hacer estos tratamientos con empeño y no puedes fallar. Tienes las riendas; úsalas y evita toda palabra que recuerde la condición limitada anterior. Cuando estés consciente del «YO SOY», no te importa lo que haga nadie en este mundo; y no debe preocuparte otra cosa que tu pro­pio mundo, ya que has realizado que el «YO SOY» está en todo.
Para cuadrar el círculo usa la actividad «YO SOY». No hagas caso a lo que diga nadie. Sólo di, específicamente, lo que quieras producir. Repite, repite, repite: «YO SOY LA ÚNICA PRESENCIA ACTUANDO EN ESTO, YO SOY LA ÚNICA PRE­SENCIA ACTUANDO EN MI MUNDO».
Para encontrar cosas perdidas: « YO SOY LA INTELIGENCIA Y EL OJO TODO AVIZOR QUE ENCUENTRA TODO». Te va a asombrar la sensación que te va creciendo por dentro cuando no tengas que mirar a ninguna otra cosa sino a tu amado y magno «YO SOY».
Borra de tu mente todo menos la operación consciente de «YO SOY», pues es el más alto poder. Lograrás la idea de que todos estos aparentes milagros se producen con faci­lidad.
Suponiendo que tú quieres iluminar una habitación, di:
«YO SOY LA ILUMINACIÓN DE ESTE CUARTO». Entonces actúa sobre los electrones del cuarto, ya que iluminar la atmósfera de un cuarto es tan fácil como levantar la mano. Tu capaci­dad para iluminar un cuarto es tan adecuada como el lo­grarlo a través de una lámpara eléctrica. puedes tan fá­cilmente conducir la corriente eléctrica universal a través de ti, como la electricidad corriente es conducida a través de los cables. Para hacer visible la iluminación que está dentro de tu propio cuerpo, o sea, para irradiarla visiblemente, di:
«YO SOY LA ILUMINACIÓN VISIBLE A TRAVÉS DE ESTE CUERPO AHORA». Dentro de ti hay un punto focal.
El «YO SOY» que está en ti creó todo en el Universo. Cuando entres en la confianza de tu «YO SOY», Él bo­rrara toda obstrucción. Usa a menudo: «YO SOY EL PODER Y LA PRESENCIA CONSUMIDORA DE TODO TEMOR, DUDA Y CONFUSIÓN QUE PUEDA HABER EN MI MENTE EXTERIOR, SOBRE LA INVENCIBLE ACTIVIDAD DEL YO SOY». Continúa este ejercicio y siempre sabrás instantáneamente lo que debes hacer.
La conciencia del individuo encubre la forma con los conceptos pertenecientes a Él y cuando éstos son agrupados alrededor del individuo que ha generado cierta energía, no le impone a éste otras condiciones que las de su propio mundo.
Cada vez que te sientas gozoso y lleno de impulso apro­véchalo, úsalo y decreta.gcarlos_299@hotmail.com